Una jovencita rubia acaba de finalizar con una sesión de fotos de lencería sensual, está sola con el director del casting, y decide hablar con él para asegurar su puesto en la compañía. Por otro lado, el director es un negro musculoso, alto y muy bien dotado. El precio de asegurar el lugar de la jovencita de tetas pequeñas, es follar como conejos sobre el escritorio. Ella primero debe comenzar saboreando la gran verga de chocolate, esa misma que la pondrá a gritar cuando esté entrando y saliendo de su panocha.
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