La hermosa Emmy le encanta masturbar, cuando no está masturbando a alguien, se masturba ella. Así que, mientras se frotaba su apretado coño como todos los días. Una jugosa polla aparece violentamente por encima de su cabeza sorprendiéndola y alegrándole día, aún no sabe de quien se trata hasta que se da la vuelta y sin ni siquiera mirar a su nuevo amigo se avienta sobre la verga como si de un juguete nuevo se tratara. Empieza a jugar con él, frotándolo y lamiéndole el glande a medida que va saliendo la leche, una y otra vez sin detenerse nunca.
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